A nadie le apetece tener a los Templarios Negros pidiendo el aguinaldo en su puerta, pero te va a costar librarte de este Cortejo de cólera.

Los Templarios Negros sobresalen en los asaltos de infantería pesada. Estos talentos resultan especialmente eficaces cuando se libran batallas en las que el apoyo blindado es limitado o el terreno demasiado denso para desplegar medios más pesados. Tanto si se trata de tomar una instalación enemiga pasillo a pasillo, asaltar la brecha en un asedio o desenterrar a los herejes de junglas o ruinas, los Templarios Negros están dispuestos a todo.
Antes de tales enfrentamientos, sus líderes avivan su fervor fanático con proclamas de odio y plegarias vocoamplificadas. Al unísono, los Templarios Negros inician su avance con los estandartes al frente, una procesión sagrada que va tomando velocidad hasta convertirse en una atronadora carga frontal que quiebra las líneas enemigas como un puño de ceramita.
El Cortejo de cólera se ve reforzado por las Letanías de devoción: un trío de oraciones coléricas entre las que elegir en cada ronda de batalla. Si la situación requiere frenesí, furia o desprecio, este destacamento te ofrece bonificadores al Movimiento, la Fuerza y las salvaciones invulnerables.
Su deseo es lanzarse al campo de batalla para zambullirse de lleno en el combate, y cuenta con las mejoras y estratagemas necesarias para ello. Nada es más fervoroso que Combatir primero, y eso es exactamente lo que la mejora Furia sagrada otorga a la unidad de su portador una vez por batalla. Además, con la estratagema Ímpetu implacable, en la fase de combate, una unidad de Templarios Negros puede atacar desde hasta 3” de distancia, lo que resulta perfecto para que las grandes escuadras de Cruzados arrojen el 100 % de su odio sobre el enemigo.
No se esperan cambios de humor para mañana, cuando demos la bienvenida a los Devoradores de Mundos a nuestra ya de por sí explosiva cena de Gobbidad...