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Descubre quiénes son los Señores Fénix, los héroes legendarios de los Aeldari

Los Aeldari son una especie en extinción. Otrora regentes de un extraordinario imperio galáctico, su arrogancia fue su perdición: condenó a miles de millones de almas y trajo consigo el nacimiento del Dios del Caos Slaanesh. Los últimos vestigios de su civilización están protegidos por los Señores Fénix, guerreros legendarios que encarnan cada uno una Senda de Khaela Mensha Khaine, el dios de la guerra aeldari del que ahora solo quedan fragmentos. 

Pero… ¿quiénes (o, mejor dicho, qué) son?

Los Señores Fénix originales fueron los primeros Exarcas de sus Santuarios de Senda. Huyeron ante el inminente colapso del imperio bajo el peso de su propia desidia y fundaron templos de guerreros a bordo de los primeros mundos astronave. Tal es la magnitud de su leyenda, que cuando un Señor Fénix muere irremisiblemente en combate, su armadura permanece en el campo de batalla a la espera de un discípulo con el potencial suficiente para ocupar su lugar; suponiendo que llegue a existir, claro está.

Ya hemos analizado en detalle a Lhykhis, Señora Fénix de las Arañas de Disformidad, pero ¿y los demás? Nadie sabe con certeza cuántos Santuarios de Senda y Señores Fénix hay, así que nos centraremos en los que han dejado su huella indeleble en esta era. 

Asurmen, la Mano de Asuryan

Asurmen fue el primero en transitar la Senda del Guerrero, un personaje legendario que llevó a los habitantes de los mundos astronave a lugar seguro durante la Caída. Nacido en un planeta que poco después acabaría consumido por el Ojo del Terror y bautizado como Iliathin, sus años de juventud fueron una lucha constante por sobrevivir a los retorcidos vestigios de una civilización rota, hasta que se encontró con la niña salvaje que se acabaría convirtiendo en Jain Zar. 

Él y sus seguidores escaparon de aquel hogar maldito y encontraron un planeta baldío sobre el que reconstruir su civilización. Ya bajo el nombre de Asurmen, en honor al más grande de los dioses aeldari, fundó los Vengadores Implacables, el mayor y más numeroso de los Santuarios de Senda, e instruyó a los Asurya que posteriormente fundarían nuevos Santuarios y transmitirían la disciplina marcial conocida como la Senda del Guerrero.

Jain Zar, la Tormenta Silenciosa

Jain Zar fue la primera de los Asurya, una maestra espadachina conocida por su velocidad y ferocidad. Durante su entrenamiento, logró dominar “el grito que roba”, un aterrador ataque psicosónico que aturde y desorienta a sus enemigos. Potenciado por su exclusiva máscara de Espectro, el grito es tan fuerte que licúa el cerebro de sus víctimas. 

En tiempos recientes, Jain Zar, de carácter voluble y ágil como la muerte, ha estado más activa que la mayoría de Señores Fénix, llegando a liderar a cientos de Espectros Aullantes en la guerra contra el Gran Enemigo. La temible matriarca, en un primer momento aliada acérrima de los Ynnari, se ha ido distanciando de Yvraine y sus seguidores, que reclaman el sacrificio de aún más almas aeldari en su lucha contra Slaanesh.

Baharroth, el Llanto del Viento

Baharroth, el más joven de los Señores Fénix, fue el primero en dominar el arte del combate aéreo. Surca los cielos y se lanza en picado con la elegancia propia de Faolchú, el gran halcón de la mitología aeldari. Es el sol que ilumina la luna sombría que encarna Maugan Ra, un fénix renacido incontables veces de sus cenizas, y la gloriosa visión de sus alas extendidas se considera presagio de victoria inminente. 

Baharroth y sus Halcones Cazadores hostigan al enemigo desde el cielo con poderosas descargas láser. En el momento justo, se lanza en picado con la furia salvaje de un huracán mientras blande con maestría su Espada brillante, que, dicen, fue forjada en los últimos rescoldos de una supernova.

Fuegan, la Lanza Ardiente

En la mitología aeldari, el Dragón es sinónimo de destrucción, y fue Fuegan quien decidió canalizar aquel poder abrasador para volatilizar a sus enemigos. Predica la armonía a través de la aniquilación selectiva: erradicar a los enemigos de los Aeldari a base de fuego y llamas en una concatenación sistémica de venganzas. 

Fuegan es un héroe legendario cuya disciplina ha alimentado la actitud implacable de los Dragones Llameantes, que canalizan su furia con gran precisión para destruir monstruos y máquinas de guerra con la misma facilidad. Desde que desapareciera en la Telañara tras acabar con incontables señores daemon con la ayuda de Eldrad Ulthran durante la batalla final por el planeta Haranshemash, ha dedicado buena parte de su tiempo a vagar por sus interminables pasillos, y cuando ha emergido ha sido para dar muerte a sus enemigos de forma repentina y despiadada.

Maugan Ra, el Cosechador de Almas

De todos los Asurya, Maugan Ra siempre fue el más independiente. Mientras los demás aprendían el arte de la guerra de Asurmen, él se dedicaba a crear armas barrocas reminiscentes de artefactos esotéricos aeldari que, a diferencia de los filos nobles de sus hermanos, le permitieran acabar con sus enemigos desde lejos. Incansable en su esfuerzo, acabaría empuñando ostentosas armas como el Maugetar, su cañón shuriken con forma de guadaña, con la misma elegancia y precisión con que un espadachín blande sus filos; una habilidad que posteriormente heredarían los Segadores Siniestros. 

Fue el único que logró escapar cuando su mundo astronave natal, Altansar, se vio engullido por la disformidad. A raíz de aquello, asumió la ardua tarea de rescatar a su pueblo perdido de las turbulentas corrientes del Immaterium, una gesta contada una y otra vez en el macabro relato Bás-Finscéali. Pese a su éxito en última instancia, muchos Aeldari guardan cierto recelo hacia Altansar por sus largos milenios sumido en el reino del Gran Enemigo, si bien ninguno osaría articular sus dudas en presencia del Cosechador de Almas.

Otros Señores Fénix

Existen más Señores Fénix aparte de los ya mencionados, aunque son seres enigmáticos y solitarios que persiguen fines inescrutables para la mayoría de mortales. Algunos, como Karandras, el Cazador en las Sombras, acechan pacientemente a enemigos dotados de una pervivencia sobrenatural que se mide en siglos más que en horas. En su caso, se afana por reparar el daño que causó la sangrienta traición de Arhra, su predecesor y el padre original de los Escorpiones Asesinos. 

Irillyth, la Sombra del Crepúsculo, y Drastanta, la Tempestad de la Luz Estelar, Señores Fénix de los Espectros de Sombra y los Lanzas Brillantes, respectivamente, se encuentran en paradero desconocido. Pero ello no implica que sus relatos hayan concluido, pues renacerán cuando se hallen sus armaduras. Se dice que el día que se congreguen todos los Señores Fénix, dará comienzo el Rhana Dandra: la apoteósica batalla final que traerá consigo la destrucción del espacio real y el Immaterium. De ser cierto, quizá la ausencia de Karandras pueda considerarse una bendición. 

A partir del sábado, podrás culminar (de una forma no tan apocalíptica) tu colección de Señores Fénix reservando a Asurmen, Fuegan, Baharroth y la recién renacida Lhkyhis.