Los innumerables horrores del 41.er Milenio obligan a muchos mundos a fortificarse contra la invasión de hordas de xenos y asaltantes del Caos, pero incluso aquellos que levantan los bastiones más imponentes y las redes de defensa más letales descuidan el peligro que los acecha desde dentro. Entre las masas oprimidas que trabajan sin descanso bajo el yugo del Imperium, ha prendido la chispa de la rebelión, alimentada por el impulso psíquico de una insidiosa infección alienígena.
Estos conspiradores sediciosos son los Cultos Genestealer, grandes congregaciones de híbridos xenos que libran mortíferas guerras insurgentes contra sus opresores y usurpan el control de planetas enteros en levantamientos minuciosamente planeados. Trabajan arduamente durante generaciones para infiltrarse en posiciones de poder y sembrar el dominio de su Patriarca entre la población, todo para cumplir su destino final y guiar a sus salvadores profetizados (al menos eso creen) a su mundo. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber si estás pensando en formar un ejército de estos taimados revolucionarios.
Lo esencial
¿Acabas de aterrizar en el mundo de Warhammer 40,000? Esta breve introducción te permitirá conocer a los arteros insurgentes de los Cultos Genestealer. Te contamos quiénes son, qué aspecto tienen y cómo usarlos sobre el tablero.
En detalle
Aunque las sostenidas manipulaciones de un Culto Genestealer distan mucho de las invasiones masivas de los Tiránidos, comparten un origen común entre las Flotas Enjambre. Los mismos Genestealers que infestan los pecios espaciales y saltan a través de los campos de batalla en grandes mareas afiladas pueden también actuar como la vanguardia de una flota de invasión, infiltrándose en mundos poblados y comenzando el largo proceso de fundación de un culto.
Dado que estos terribles xenos con garras son fácilmente identificables, comienzan el arduo trabajo de formar una congregación abduciendo a errantes desafortunados, hipnotizándolos mediante una telepatía psíquica antinatural e implantándoles el material genético de los Genestealers. Incluso la más pequeña de las corrupciones es suficiente para cautivar los corazones y mentes de sus víctimas, que rápidamente se convierten en cómplices dispuestos a buscar a otros que se unan a su rebaño.
A medida que crece el número de iniciados, también lo hace el Genestealer, que absorbe poder psíquico hasta alzarse imponente sobre sus hermanos como el Patriarca del culto naciente. Sus seguidores humanos lo veneran como una figura divina y le profesan una devoción absoluta, convirtiendo rápidamente el profundo sentimiento de camaradería que sienten tanto hacia él como entre ellos en una jerarquía religiosa estructurada, con líderes, consejeros y legiones de fieles leales.
Para mantener en secreto sus infestaciones, los Genestealers suelen elegir a sus primeras víctimas entre los estratos más bajos de la sociedad imperial: trabajadores y holgazanes que viven y mueren lejos de las miradas de la élite gobernante. Esto significa que sus seguidores más numerosos y devotos provienen invariablemente de cábalas industriales y conglomerados mineros; aunque están bien preparados para sus nuevos roles, ya que las potentes herramientas utilizadas en tales profesiones se convierten en excelentes armas improvisadas cuando llega el momento de la ascensión.
A algunos miembros se les otorga más que una simple fracción del poder del Patriarca, convirtiéndose en especialistas espirituales, militares y logísticos que guían a sus congéneres, respaldados por la influencia omnipresente de la Mente Progenie. Esta conexión psíquica instintiva otorga a cada cultista un lugar predefinido dentro de la gran comunidad gestáltica, uniendo sus mentes y fortaleciendo su hermandad, todo ello sin caer en el tipo de dominio psíquico que podría arrebatarles su astucia e individualidad.
A medida que el culto gana fuerza y más ciudadanos se unen a sus filas, los infiltrados comienzan a ejercer control sobre instituciones vitales, desde la fuerza de defensa planetaria local hasta las industrias de energía, combustible y alimentos. Pueden pasar años o incluso siglos hasta que sus planes dan fruto, pero los cultos enseñan que la salvación debe ganarse, ya que solo los más aptos serán aceptados por los Hijos de las Estrellas para su apoteosis predestinada.
El Día de la Ascensión es la mayor llamada del culto, pues marca el momento en el que finalmente han reunido suficiente fuerza e influencia sobre un mundo para salir de sus guaridas y reclamar el planeta mediante una rebelión abierta. Aquellos que sean derrotados se retirarán para comenzar su infiltración de nuevo, pero si tienen éxito y toman las riendas del poder, la población rápidamente se preparará para la liberación a manos de los Hijos de las Estrellas.
Lamentablemente, la realidad es bastante diferente. El verdadero propósito de un Culto Genestealer es tan letal para sus miembros como para el resto del planeta. Sin que ellos lo sepan, la fuerza de su rebelión alimenta una baliza psíquica lo suficientemente potente como para viajar a través de las estrellas y guiar hasta ellos una invasión tiránida que acabará con los defensores del planeta, ya sea por embelesamiento o por aniquilación.
Este es el verdadero rostro de los Hijos de las Estrellas: monstruos que todo lo consumen, que despojan a mundos enteros de su biomasa para seguir su camino, dejando tras ellos un cascarón estéril. La devoción al Culto Genestealer no ofrece ninguna seguridad una vez que comienza el asalto, y aunque unos cuantos logren escapar para difundir la palabra del culto a otras comunidades, la mayoría serán cosechados sin piedad.
En el campo de batalla, los Cultos Genestealer combinan su naturaleza secreta con un fuerte énfasis en emboscadas y ataques precisos a los puntos fuertes del enemigo. Los Acólitos menos mutados suelen ir armados con poco más que las herramientas de su oficio y algunos rifles automáticos anticuados, por lo que deben confiar en el elemento sorpresa o, en el peor de los casos, en el desgaste que van generando las nuevas hordas de reclutas fanáticos que se lanzan a la refriega.
Aunque carecen de un mínimo entrenamiento militar, la conexión psíquica de la Mente Progenie hace que los combatientes rasos de un Culto Genestealer sean sorprendentemente efectivos coordinando ataques, y atrapar a los soldados enemigos en intensos fuegos cruzados es una de las tácticas preferidas para compensar sus carencias. Maniobrar por los flancos del oponente para atacarlos desde todos los lados es una parte vital de su estrategia, ya que, aunque su herencia Genestealer los hace más resistentes que el humano medio, siguen siendo frágiles frente al fuego masivo.
Para compensar su fragilidad, muchas de las unidades empleadas por los Cultos Genestealer son extremadamente rápidas, expertas en infiltración, o una combinación de ambas cosas. El enemigo no puede atacar lo que no ve, por lo que una horda de híbridos con garras surgiendo del suelo suele ser la primera señal de que están siendo atacados.
Los vehículos civiles reutilizados se convierten en armas sorprendentemente eficaces en el campo de batalla, y raro es el planeta del Imperium en el que no haya veloces Cruzacrestas Aquiles o pesados Goliath Triturarrocas, ambos vehículos de transporte predilectos de los Cultos Genestealer. Los cultos particularmente eficaces consiguen incluso cautivar a regimientos locales del Astra Militarum para formar unidades conocidas como Hermanos de Progenie, que incorporan el equipo y el entrenamiento de una fuerza militar profesional al levantamiento.
Patrulla
El modo de juego Patrulla es perfecto tanto para principiantes como para veteranos. En él, fuerzas más pequeñas se enfrentan en partidas rápidas y equilibradas. Los Cultos Genestealer se centran en atacar con la mayor fuerza y rapidez posibles para minimizar sus bajas, y maximizan su velocidad con algunas de las unidades más rápidas que encontrarás en Patrulla, respaldadas por una infantería que puede regresar al campo de batalla si es destruida.
La Garra de Ascensión está liderada por un Chacal Alphus, un hábil tirador a la grupa de una veloz suciocicleta y flanqueado por un séquito de Chacales Atalanos con sus propias motos y quads. Además de ser rápidos y resistentes (la regla de Sigilo hace que sea difícil alcanzarlos), llevan un potente láser de minería en la Moto lupina para atravesar el blindaje de cualquier vehículo.
Se une a ellos un Cruzacrestas Aquiles, uno de los pocos vehículos que puedes encontrar en Patrulla y que cuenta con un potente lanzamisiles para brindar fuego de apoyo de largo alcance. Avanzan a toda velocidad por el campo de batalla dando caza a sus presas mientras dos escuadras de cinco Metamorfos Híbridos controlan objetivos y se enfrentan al enemigo a corta distancia. E incluso si mueren, gracias a la regla de facción Emboscada de culto, volverán a la batalla.
Todo lo que necesitas para desplegar tu Garra de Ascensión son unos dados, una regla y las siguientes reglas descargables: las reglas básicas te muestran cómo jugar, las hojas de datos de Patrulla proporcionan un ejército equilibrado listo para jugar y las misiones de Patrulla te brindan algunos objetivos emocionantes por los que luchar.
Pintura
Los Cultos Genestealer tienen una dualidad fascinante en sus esquemas de colores, que combinan los uniformes sencillos y funcionales de los trabajadores imperiales con la carne alienígena que deforma sus cuerpos. Los propios Genestealers lucen una amplia variedad de colores, por lo que una mezcla ecléctica de placas quitinosas vibrantes y ropa industrial puede darle a tu ejército un aspecto único.
Para ayudarte a dejar tus miniaturas listas para la batalla con un esquema de color sencillo, asequible y aplicable a una amplia variedad de unidades, el equipo de pintura de Warhammer 40,000 ha elaborado una lista de pinturas para darle a tu Patrulla los colores distintivos del Culto del Emperador de Cuatro Brazos: el clásico esquema de color gris y púrpura que habrás visto en tantas cajas de miniaturas de los Cultos Genestealer.
Las motos y vehículos que encontrarás en la Patrulla añaden un interesante tercer elemento a tu esquema de colores. Puedes añadir aún más contrastes de colores o combinarlos con los que ya lucen tus miniaturas. En el ejemplo de arriba, se utilizan colores similares para la armadura y el chasis del vehículo. La aplicación generosa de tonos oscuros y un ligero pincel seco también pueden darles a tus miniaturas una apariencia sucia y polvorienta rápidamente, un tono muy apropiado para los trabajadores oprimidos que componen tu infantería.
Próximos pasos
Una vez que tengas algunas partidas de Patrulla en tu haber y consideres que ha llegado el momento de pasar de una congregación incipiente a la rebelión total, no hace falta que te digamos qué viene ahora.
Tu primera parada es el Codex: Genestealer Cults, el complemento esencial de la facción, que contiene abundante información de trasfondo y miniaturas magníficamente pintadas, así como reglas para 48 unidades diferentes y muchas formas distintas de jugar con ellas. Junto con un ejemplar del Libro básico de Warhammer 40,000, tendrás todas las reglas que necesitas para empezar a jugar partidas de Warhammer 40,000 a tamaño completo.
Como la Patrulla ya incluye todos los elementos básicos de una fuerza de ataque rápida y contundente, la infantería rasa de los Cultos Genestealer es una forma excelente de aumentar tu colección. Los Híbridos Neófitos son los menos mutados de su progenie y los que generalmente pueden integrarse sin problemas en la sociedad. Son expertos en aparecer donde el enemigo menos se lo espera para desatar una tormenta de fuego con sus rifles automáticos y su arsenal de armas especiales.
A medida que se acerca el Día de la Ascensión, la Mente Progenie libera las cadenas de sus tropas de asalto más letales y menos sutiles: los Genestealers Puros. Muchos de estos monstruos de enormes garras son los mismos que se infiltraron en el mundo junto a su Patriarca, y su letal destreza en combate cuerpo a cuerpo solo es comparable con su taimada astucia alienígena.
Los vehículos pesados reconvertidos en armas de guerra son algo habitual en las filas de los Cultos Genestealer y una excelente forma de añadir transporte resistente y fuego de apoyo a tu ejército. Los Goliath Triturarrocas son máquinas de guerra robustas diseñadas para estamparse de frente contra el enemigo, absorbiendo una inmensa cantidad de potencia de fuego que de otro modo estaría destinada a sus coterráneos más frágiles.
No es inusual que el propio Patriarca entre en acción cuando el culto se lanza a la guerra, y utilice su indomable destreza psíquica y su inmensa fuerza para cambiar el curso de las batallas. Cuenta con la ayuda de una amplia variedad de líderes especialistas que se encargan de comandar las fuerzas del culto en el día a día, como la psíquica Magus, cuyos poderes de control mental pueden desviar los disparos enemigos para proteger a tus fuerzas.
La cábala de asesinos especialistas es el ejemplo perfecto de las tácticas clandestinas de los Cultos Genestealer: fijan en su mira un único objetivo enemigo al comienzo de la batalla y no se detienen ante nada para eliminarlo cuanto antes. El Sanctus puede desplegarse con un rifle de francotirador calibrado para matar a los psíquicos enemigos, o con una daga maligna impregnada con la propia esencia del Patriarca, capaz de atravesar armaduras como si fueran mantequilla.
Ficción
Si bien los Cultos Genestealer aparecen en un gran número de obras de ficción de la Black Library, al igual que los Tiránidos, suelen asumir el papel de antagonistas. Además, su naturaleza secreta y guerrillera hace que su aparición conlleve un giro inesperado, y revelar la presencia de la Mente Progenie en una novela podría arruinar su impacto dramático.
Sin embargo, no siempre son los villanos, como en Day of Ascension de Adrian Tchaikovsky, cuya trama gira en torno a las pruebas y tribulaciones de un culto Genestealer durante su ascensión.
Los obreros oprimidos del Mundo Forja de Morod finalmente encuentran un rayo de esperanza cuando unos persuasivos predicadores anuncian el fin de su duro trabajo y de la injusticia, lejos de los ojos inquisitorios de sus supremos Tecnosacerdotes. La unión largamente profetizada con ángeles provenientes de más allá de las estrellas está a punto de consumarse, y ni siquiera las intrigas de un Genetor renegado podrán evitar la salvación del mundo… o, al menos, el fin de su opresión.