La fe en el Dios Emperador es una fuerza tangible en el 41.ᵉʳ Milenio, y los ciudadanos leales invocan el poder del Señor de la Humanidad para que los proteja de los alienígenas, mutantes y herejes que los atormentan. Sus fervientes predicadores difunden las doctrinas del Credo imperial entre billones de almas mortales esparcidas por incontables mundos, pero cuando los horrores del archienemigo azotan a los devotos, chocan con una fuerza de vengadoras divinas que salvaguardan el Imperium con fe y fuego.
Son las Adepta Sororitas, una sororidad marcial de guerreras de élite que hacen valer su devoción por el Dios Emperador tanto como sus armas y armaduras. Alimentadas por el fuego espiritual que arde en sus corazones, cargan con furia al son de sus coros beatíficos, y pocos enemigos son capaces de mantenerse firmes frente a tan abrumadora devoción. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber si estás pensando en empezar un ejército de estas fervientes defensoras de la fe.
En detalle
Miles de años atrás, un golpe de estado hizo tambalear los cimientos del Imperium y acabó con el Administratum y la Eclesiarquía bajo el control de Goge Vandire, un demagogo demente y megalómano. Mientras afianzaba su dominio sobre el Imperium, descubrió un culto exclusivo de mujeres que veneraban al Emperador mediante su pureza de espíritu y el poder de las armas, y las reubicó a Terra para que sirvieran como su escolta personal.
El culto, conocido como las Consortes del Emperador, defendió a Vandire de un levantamiento instigado por una coalición de múltiples ramas del Imperium con el objetivo de derrocar a su enajenado gobernante. Se cree que, a fin de concienciar a la escolta de Vandire de su traición, un valeroso Custodio guió a su líder, Alicia Dominica, y a cinco de sus hermanas más leales hasta el Trono Dorado del Emperador, en pleno corazón del Palacio imperial. Nadie sabe qué acaeció en aquel lugar, solo que Alicia Dominica se encaminó directamente a la sala del trono de Vandire y lo decapitó sin vacilar.
Cuando las turbulentas aguas de la Era de la Apostasía fueron volviendo a su cauce, el culto se reformó bajo el nombre de las Adepta Sororitas y asumió el deber de custodiar los lugares sagrados del Imperium y librar guerras de fe contra los herejes. Si bien a la Eclesiarquía ya no le está permitido tener su propio ejército regular, las Adepta Sororitas, en teoría independientes pero con estrechos lazos con los sirvientes del Credo imperial, son una práctica solución alternativa.
En los años subsiguientes, seis órdenes se unieron bajo las enseñanzas de Alicia Dominica y sus cinco compañeras y formaron las conocidas como Órdenes Majoris, que representan el grueso de las fuerzas de las Adepta Sororitas. A menudo, acompañan a expediciones imperiales de toda índole, desde pequeñas procesiones de peregrinos hasta temibles flotas de la Cruzada Indomitus, donde su dedicación obsesiva al Dios Emperador inspira respeto y temor entre sus aliados, pues la furia de las hermanas sobre el campo de batalla es una visión aterradora.
La llegada de su nueva Abadesa Sanctorum, Morvenn Vahl, ha revitalizado a las Hermanas de Batalla de las Adepta Sororitas, que llevan la luz a cada oscuro rincón de la galaxia con más fuego y fervor que nunca.
Pese a estar equipadas con servoarmadura y bólter, las Adepta Sororitas no son supersoldados genéticamente aumentados como los Marines Espaciales, sino humanas de carne y hueso potenciadas por su inquebrantable fe en el emperador, capaces de conjurar milagros y hacer frente a los horrores más siniestros de la galaxia.
Las más célebres de entre sus heroínas son las guerreras de las Órdenes Militantes, aunque las Hermanas de órdenes no militantes profesan la misma devoción por el Credo imperial y exhiben la misma valentía para hacer frente a la muerte en el desempeño de su deber. Las Órdenes Hospitalarias, por su parte, velan por los heridos en el campo de batalla, a menudo en situaciones terribles o bajo un intenso fuego enemigo; entretanto, las Órdenes Pronatus buscan y custodian las incontables reliquias de gran valor que hay desperdigadas por los vastos dominios del Emperador.
Fruto del arduo entrenamiento y la férrea disciplina necesarios para portar el manto de las Hermanas de Batalla, se cuentan entre los mejores soldados humanos de la galaxia, hasta el punto de rivalizar con los mismísimos Marines Espaciales en lo que se refiere a puntería y determinación para enfrentarse a los terrores más abyectos. Aunque sus agresivos métodos de guerra, centrados en los tiroteos a corto alcance y las luchas encarnizadas, resultan siempre en importantes bajas entre sus filas, nunca faltan candidatas excepcionales de la Schola Progenium, una academia militar de élite encargada de formar a los hijos huérfanos de los mejores guerreros del Imperium, dispuestas a ocupar su lugar.
Sobre el tablero, las Adepta Sororitas están a mitad de camino entre las ingentes masas de infantería del Astra Militarum y las élites de los Adeptus Astartes. Pueden desplegar más cuerpos enfundados en servoarmadura que ninguna otra facción y complementan su resistencia con la temible potencia de fuego a corto alcance de la Santísima Trinidad de su arsenal: armas bólter, lanzallamas y armas de fusión.
Son una fuerza extremadamente versátil que cuenta con poderosos vehículos blindados basados en el ilustre chasis Rhino, desde tanques sencillos pero efectivos hasta enormes órganos móviles que lanzan andanadas de misiles con cada crescendo. No obstante, las estructuradas filas de Hermanas de Batalla no son las únicas fuerzas de las que disponen: también comandan legiones de penitentes que han cometido crímenes contra el Credo imperial y aspiran a redimirse de sus pecados en el campo de batalla, soltando alaridos de pena y agonía mientras sacuden sus extremidades en forma de látigo o aplastan herejes con sus ingenios de guerra mecanizados.
Las más poderosas de todas son las campeonas que lideran a las Hermanas de Batalla en combate, pues son capaces de manifestar el poder del Emperador en forma de auténticos milagros. Algunas figuras angelicales, como Celestine, la Santa en Vida, profesan tal fe en el Dios Emperador que pueden regresar de entre los muertos, mientras que otras son capaces de curar heridas mortales y desterrar a los habitantes de la disformidad mediante torrentes de fervor divino.
Patrulla
El modo de juego Patrulla es perfecto tanto para principiantes como para veteranos. En él, fuerzas más pequeñas se enfrentan en partidas rápidas y equilibradas. Las Adepta Sororitas enfocan estas partidas a pequeña escala con la misma furia justa de siempre: arrojando una devastadora punta de lanza de tropas de combate cuerpo a cuerpo contra las líneas enemigas mientras las Hermanas de Batalla aprovechan su excelsa puntería para acabar con los blancos prioritarios.
Las Guardianas del Santuario pueden variar sensiblemente su planteamiento de batalla en función de dónde desplieguen a su Canonesa, una poderosa líder con habilidades de apoyo de las que se benefician tanto la Escuadra de Hermanas de Batalla como las Celestes Sacrosantas. Puedes mantenerla en tu línea de fuego para potenciar su resistencia y ayudarlas a controlar objetivos con mayor facilidad, o situarla en primera línea y sacar partido a sus dotes de combate en compañía de sus hermanas armadas con maza y escudo.
Elijas lo que elijas, tu hueste de Arcoflagelantes se mantendrá fiel a su estilo: lanzarse de cabeza contra los enemigos más peligrosos y avasallarlos con el ingente número de ataques de sus flagelos. Son la encarnación de la muerte para cualquier adversario con armadura ligera, e incluso son capaces de acabar con enemigos más pesados como monstruos y vehículos.
Todo lo que necesitas para desplegar a tus Guardianas del Santuario son unos dados, una regla y las siguientes reglas descargables; las reglas básicas te muestran cómo jugar, las hojas de datos de Patrulla proporcionan un ejército equilibrado listo para jugar y las misiones de Patrulla te brindan algunos objetivos emocionantes por los que luchar.
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Pintura
Aunque las seis Órdenes Majoris que conforman el grueso de las Adepta Sororitas tienen esquemas de colores claramente definidos, como el negro y rojo de la Orden de Nuestra Señora Mártir, también hay un sinfín de órdenes menores con una amplia variedad de paletas, por lo que tendrás total libertad para pintar a tus Hermana de Batalla como más te guste. Además, las placas lisas de sus servoarmaduras son perfectas para principiantes y los intrincados detalles góticos de muchas de sus unidades quedan geniales aunque les dediques el esfuerzo justo.
Para ayudarte a dejar tus miniaturas listas para la batalla con un esquema de color sencillo, asequible y aplicable a una amplia variedad de unidades, el equipo de pintura de Warhammer 40,000 ha elaborado una lista de pinturas para darle a tu Patrulla los colores distintivos de la Orden de Nuestra Señora Mártir.
La abundancia de telas, apliques metálicos y piel descubierta ofrece a los pintores la posibilidad de usar una amplia variedad de habilidades y poner en práctica técnicas más avanzadas, como veladuras y luces, en miniaturas destacadas como la Canonesa y las Celestes Sacrosantas. Es una gran forma de mejorar tus habilidades antes de abordar otras miniaturas más extravagantes de la gama de las Adepta Sororitas, que están cargadas de intrincada filigrana, estructuras de piedra tallada y hasta vidrieras.
Próximos pasos
Una vez que tengas algunas partidas de Patrulla en tu haber y consideres que ha llegado el momento de pasar de una banda oportunista a una flota de invasión conquistadora, quizás te estés preguntando qué viene ahora.
Tu primera parada es el Codex: Adepta Sororitas, el complemento esencial de la facción, que contiene abundante información de trasfondo y miniaturas magníficamente pintadas, así como reglas para 48 unidades diferentes y muchas formas distintas de jugar con ellas. Junto con un ejemplar del Libro básico de Warhammer 40,000, tendrás todas las reglas que necesitas para empezar a jugar partidas de Warhammer 40,000 a tamaño completo.
Con la sólida base de infantería que te ofrece tu Patrulla, una buena forma de ampliar tu ejército sería añadir apoyo blindado a tus líneas de batalla. Aunque la potencia de fuego de largo alcance del tanque de batalla Castigador o el apoyo a corta distancia del Immolator te vendrían genial, no hay vehículo más emblemático en la flota de las Adepta Sororitas que el Exorcist: un órgano móvil armado con lanzamisiles que arrasa sectores enteros del campo de batalla con una combinación de explosivos de alta carga e himnos sinfónicos.
Las Hermanas de Batalla de élite disponen de una amplia variedad de equipo, y nunca es mala opción apoyar a tus Celestes Sacrosantas con una formación de Exoesqueletos ejemplares: armaduras de combate extremadamente poderosas que permiten a su piloto luchar mano a mano contra monstruos colosales o daemons aterradores. En cambio, si lo que necesitas es velocidad, las Cefíreas atraviesan el campo de batalla con sus propulsores de salto alados para trabarse con enemigos distantes y hacerlos trizas con sus letales espadas de energía.
La Abadesa Sanctorum de las Adepta Sororitas, su oficial de mayor rango y miembro de los ilustres Altos Señores de Terra, no es muy de sentarse en una sala de mando y comandar a sus guerreras desde lejos, y la imponente figura de su singular exoesqueleto dorado es un regalo para la vista. Morvenn Vahl es una excelsa luchadora y una líder carismática, y no hay nadie mejor para comandar tu ejército.
Santa Celestine es la más célebre de los Santos en Vida y un conducto directo de la voluntad del Emperador, capaz de curar a tus aliados e inmolar a tus enemigos con explosiones de fuego sagrado. Es la líder ideal para una fuerza de choque de Cefíreas que descienden entre las nubes, directas al corazón del ejército enemigo. Además, si el enemigo tiene la suerte de eliminarla en combate, simplemente vuelve a la vida para seguir impartiendo justicia.
El Triunfo de Santa Katherine es una miniatura completamente única en el universo de Warhammer 40,000 que actúa como el corazón palpitante de tu ejército, del que emanan todo tipo de habilidades útiles que afectan a las unidades cercanas. Sus poderosos efectos multiplican el poder del resto de tus Hermanas de Batalla, por no decir que es una gloriosa pieza central que pondrá a prueba tus dotes de pintura.
Ficción
Las Adepta Sororitas suelen aparecer en historias del Imperium y son muchos los relatos épicos que narran sus hazañas. Las crónicas de Augusta Santorus siguen los pasos de una Hermana Superiora de la Orden de la Rosa Ensangrentada en diversos momentos de su ilustre carrera, y son una gran forma de adentrarte en la ficción de las Hermanas de Batalla con ocho relatos cortos reunidos en la antología The Rose at War, de Danie Ware.
The Triumph of Saint Katherine, también de Danie Ware, pone al lector en la piel de una Hermana de Batalla novata a la que se le concede el honor de combatir junto a la legendaria procesión, y explora los conflictos entre la fe y su propio pasado en el marco del 41.ᵉʳ Milenio. Al igual que otras muchas novicias, la Hermana Avra está obsesionada con purgar la mácula de la deshonra de su alma mediante una muerte gloriosa en combate, pero pronto descubre que el Emperador tiene otros planes para su congregación que van mucho más allá de un simple sacrificio.
En cuanto que una manifestación en apariencia inmortal de la ira del Emperador, Santa Celestine es objeto de admiración a lo largo y ancho del Imperium por su pureza y heroísmo. Pero solo ella sabe a ciencia cierta lo que ocurre cada vez que muere y vuelve a renacer. En Celestine: The Living Saint, de Andy Clark, el lector por fin puede ver un atisbo de los horrores que debe soportar, una vez tras otra, para demostrar que merece seguir viviendo.
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