Los páramos de ceniza de Necromunda son un lugar inhóspito. Las inclemencias pueden arrancar la piel hasta el hueso, las dunas radiactivas provocan la peor cinetosis de toda la galaxia, y pandillas de vándalos aúllan y chillan por los desiertos librando batallas campales en vehículos destartalados.
Una mascota lo mejora todo, ya que la compañía es clave para mantener una actitud mental positiva. Los nómadas de los páramos de cenizas lo saben mejor que nadie, pues han domesticado todo tipo de megafauna terriblemente mutada para que los acompañe en sus travesías.
Ya hemos conocido a los helamitas lomoempolvado, al acechador artromita de las dunas e incluso a las adorables sierpes espinosas artromitas; y ahora, zumbando sobre nuestras cabezas, llegan los helamitas alasceniza.

Los nómadas los utilizan como criaturas guardianas para proteger sus dominios y campamentos. Más pequeños y menos dóciles que los lomoempolvado que usan como monturas, estos macroinsectos se controlan mediante señuelos lanzados por sus cuidadores.
Los alasceniza pululan a su alrededor, mordiendo a los intrusos con sus mandíbulas tóxicas, y no hay repelente de insectos* que logre ahuyentarlos. Así que recuerda llevar un matamoscas bien grande si piensas meterte con ellos.

En la caja vienen dos Ashwing Helamites, un Ashwing Lure, una cabeza alternativa y un manto celeste opcional con otro señuelo para identificar a uno de tus nómadas como su cuidador.

Este kit de plástico te permite colocar a los Ashwings sobre peanas escénicas decorativas, e incluye también soportes de volador para que elijas distintas poses. Puedes encontrar sus reglas en Necromunda: Tribes of the Wasteland.
* El prometio podría servir, ¿no te parece?