Pocos Capítulos de Marines Espaciales infunden tanto respeto como los Ángeles Sangrientos. El culto y el orden de batalla de los Hijos de Sanguinius (con sus formaciones distintivas, tácticas inusuales y héroes legendarios) son tan poco convencionales que necesitan un Codex propio que haga honor a sus singulares miniaturas.
Podríamos limitarnos a lanzar el Suplemento de Codex: Blood Angels y fundirnos con el atardecer radioactivo de Baal. Pero no, lo que hay en el horizonte es una nueva caja de ejército, y llega con más furia que nunca.
Si te estás preguntando dónde está todo el rojo, no te agobies: va a haber un montón de rojo (y quizá algo de dorado). Dicho lo cual, estos Adeptus Astartes han sucumbido totalmente a la maldición de la Rabia Negra, capaz de transformar a Marines Espaciales honorables y disciplinados en frenéticos bersérkeres de la Compañía de la Muerte.
La Rabia Negra lleva afectando a la semilla genética del capítulo desde los tiempos de la Herejía de Horus. Devora sus mentes y los obliga a revivir una y otra vez los últimos suspiros de su querido Primarca, poseído por una furia insaciable. Los pocos que han logrado mantener a raya la locura son auténticos héroes, y uno de ellos ha regresado de la mano de una nueva miniatura para liderar la Compañía de la Muerte: el Capellán Lemartes, Guardián de los Perdidos.
Aunque continúa afligido por la locura, la inquebrantable fuerza de voluntad de Lemartes le permite conservar sus facultades y liderar en combate a sus hermanos caídos. En el campo de batalla, es una auténtica fuerza de la naturaleza, tal y como refleja el aspecto feroz de su nueva miniatura sobre una escalera resquebrajada.
Y hablando de Capellanes, Astorath, Gran Capellán de los Ángeles Sangrientos, tampoco ha estado de brazos cruzados. Su arduo deber como Redentor de los Perdidos es conceder la paz del Emperador a aquellos hermanos de batalla que sucumben a la locura y ya no pueden aspirar a una muerte honorable en batalla. A fin de impartir su particular clemencia, acompaña a Lemartes en la nueva caja de ejército.
La nueva miniatura de Astorath conserva su clásica pose en pleno salto, equipado con un propulsor alado y blandiendo a dos manos el Hacha del Ejecutor. Los detalles dorados y la elaborada musculatura de su armadura resaltan todavía más que antes, pero sin renunciar a la esencia de la miniatura original.
Además de estos dos personajes, la caja trae 20 Intercesores de la Compañía de la Muerte (10 con propulsores de salto y 10 sin ellos) altamente personalizables gracias a los cuatro nuevos kits de mejoras y calcomanías.
Las mejoras incluyen un montón de elementos cosméticos, desde accesorios con la clásica gota de sangre, hombreras repujadas y honorables máscaras de Baal hasta piezas de equipo emblemáticas de los Hijos de Sanguinius, como las pistolas inferno y los evisceradores.
La guinda la pone un Dreadnought Brutalis, el apoyo blindado perfecto para este ejército de guerreros endiablados sedientos de sangre, que encima viene con una mejora en forma de emblema de la Compañía de la Muerte. Además, la caja incluye el Suplemento de Codex con las reglas para desplegar Dreadnoughts de la Compañía de la Muerte, como si no fueran ya lo suficientemente destructivos.
El nuevo Suplemento de Codex: Blood Angels estará disponible en primicia como parte de la caja, con una portada exclusiva y acompañado de un juego de tarjetas de datos con las 18 hojas de datos recogidas en el libro. Además de las unidades nuevas y actualizadas, incluye diversos Destacamentos que amplían las opciones del Codex: Space Marines.
Y, para aquellos de mente fuerte que aún no han sucumbido a la locura, el Suplemento de Codex normal también está en camino.
Próximamente analizaremos en detalle el nuevo Codex, así que, si queréis descubrir sus entresijos y la fecha de lanzamiento de esta sangrienta caja, no os lo perdáis.
