En un 41.er Milenio plagado de peligros, los imperios xenos luchan por la supremacía mientras la humanidad sucumbe a la presión del Caos. Pero existe otra terrible amenaza para la civilización: una plaga de brutos violentos y estruendosos que viven por y para derramar sangre, y que, de no ser por su afán irrefrenable de luchar entre sí, podrían conquistar la galaxia entera sin que nadie pudiera hacerles frente.
Hablamos, cómo no, de los Orkos: los luchadores más duros y mezquinos de un universo sumido en guerras eternas. Sus campañas dejan sectores enteros devastados y entierran eones de historia bajo las pesadas botas de millones de pieles verdes. Si estás pensando en formar un ejército de estos guerreros sedientos de sangre, aquí encontrarás todo lo que debes saber.
Lo esencial
¿Acabas de aterrizar en el mundo de Warhammer 40,000? Esta breve introducción te permitirá conocer a las incontables hordas de Orkos beligerantes. Te contamos quiénes son, qué aspecto tienen y cómo usarlos sobre el tablero.
En detalle
Para la mayoría de los seres conscientes de la galaxia, los Orkos son una plaga endémica de bárbaros de piel verde cuyos clanes de guerreros sangrientos extinguen la luz de la civilización allí donde van. Sus grandes campañas de conquista, conocidas como ¡Waaaghs!* en honor a su grito de guerra salvaje, consisten en despachar a miles de millones de guerreros en mareas migratorias que recorren la galaxia destruyéndolo todo a su paso. Solo los defensores más poderosos son capaces de soportar las incontables oleadas de infantería y vehículos destartalados que se afanan por reducir sus bastiones a polvo.
La razón de que los Orkos se dediquen a asolar la galaxia es su singular filosofía de vida: existen por y para la lucha. De hecho, si no hay enemigos en el horizonte, se enfrentan unos a otros con el mismo entusiasmo. A medida que las hordas de guerra atraen a más guerreros y crecen hasta alcanzar proporciones cataclísmicas, se ven obligados a buscar adversarios cada vez más poderosos a fin de mantenerse ocupados y evitar hacerse trizas entre sí con tal de saciar su sed de violencia.
Aunque semejante ansia de destrucción constante pueda parecer horrible a ojos de culturas más sofisticadas, para los Orkos es la más absoluta perfección. Sus vidas se rigen por el principio básico de que los fuertes mandan; viven en un mundo en el que sus imponentes líderes, conocidos como Kaudillos, se ganan los galones matando a sus predecesores, y en el que cualquier problema se arregla con un arrebato de lucha encarnizada.
Pese a su actitud primitiva, los Orkos cuentan con un poderoso arsenal de armas y vehículos, fruto del disparatado ingenio de sus Chapuzaz, individuos aberrantes con dotes de ingeniería innatas y un afán de experimentación indiscriminado. De sus trastornadas mentes nacen los mayores exponentes de tecnología orka, desde armas que teleportan sujetos vivos a otros cuerpos hasta cañones de tracción que proyectan máquinas de guerra a kilómetros de altura; y sus fallos, tan frecuentes como explosivos, brindan un auténtico espectáculo a los colegas de sus pobres dueños.
Tras esa tosca brutalidad, los Orkos miran al universo con gran entusiasmo: siempre están deseosos de encontrar una nueva pelea, ya sea contra regimientos de infantería del Astra Militarum, terribles monstruosidades de más allá del espacio real o sus propias masas de grots oprimidos. Han alcanzado el pináculo de su existencia, y cuanto más se esfuerzan sus enemigos por acabar con ellos, más grandes y fuertes se vuelven.
Sus ganas de trabar al enemigo en combate se ven reflejadas sobre el tablero: a los ejércitos de Orkos les encanta arrollar a sus oponentes con enormes hordas guerreros que reciben el nombre de Chikoz. Un Chiko Orko suele portar un filo pesado conocido como rebanadora o un rifle automático rudimentario al que llaman akribillador, pero gracias a la increíble dureza de sus pellejos y a su resistencia innata a las heridas, pueden absorber muchísimo más daño que sus equivalentes de otras facciones.
Muchos Orkos aprenden a abrazar un estilo de combate concreto y emplean versiones desvencijadas de armas más avanzadas, como es el caso de los Petatankez, equipados con lanzakobetez, o de los Tipejoz Vazilonez y sus mazakradorez molonez, que son un auténtico peligro para amigos y enemigos por igual. Algunos Chicoz hasta le cogen el gustillo a la adrenalina de los vehículos rápidos y se convierten en Lokoz de la Velozidad al volante de saltadores trucados, motos atronadoras y fuselajes de aeronaves retroequipados con orugas.
Los vehículos orkos son tan aterradores como el resto de su arsenal, desde los bípodes más pequeños, conocidos como Lataz Azezinaz y los Kamionez más básicos hasta los imponentes Pizoteadorez y Dakkarreaktorez. Los Mekánikoz no entienden de restricciones a la hora de equipar sus creaciones con cualquier arma o filo que tengan a mano, y no es raro ver desparecer unidades enemigas enteras bajo impetuosas lluvias de fuego.
Sin importar cómo estructures tu ejército, necesitarás un jefe para mantener a raya a los Chicoz, y los Orkos cuentan con algunos de los líderes de primera línea más potentes del juego. A base de fuerza bruta y bramidos ensordecedores, los Kaudilloz lideran la carga de sus peñaz y hacen trizas a los objetivos más poderosos que encuentran. Los Mekánikoz, por su parte, pilotan sus mejores creaciones y lanzan ráfagas de energía exótica contra las filas enemigas mientras recorren el campo de batalla reparando vehículos (típicamente) dañados.
Montes el ¡Waaagh! que montes, ya sea una marea imparable de Chicoz, un escuadrón de buggies ensordecedores, una peña de Dreznautz y demás bípodes estridentes, o todo a la vez, los Orkos tienen la opción perfecta para ti… siempre y cuando no esperes ver una exhibición de puntería por su parte. Eso sí, no olvides hacer acopio de pintura verde.
Patrulla
El modo de juego Patrulla es perfecto tanto para principiantes como para veteranos. En él, fuerzas más pequeñas se enfrentan en partidas rápidas y equilibradas. Aquí, los Orkos se centran en lo que mejor saben hacer, abarrotar el tablero de infantería fuerte y resistente, pero con un enfoque distinto al habitual: despliegan Trinkabeztiaz, especialistas en cazar monstruos que, lejos de hacer uso de las maravillas de la ciencia orka, se limitan a abatir enormes presas a base de músculo, coraje e inquebrantable determinación.
Los Karnizeroz de Morgrim son realmente fuertes, incluso para los estándares orkos. Arrollan al enemigo con sus dos peñaz de Chikoz Trinkabeztiaz, ya sean tropas de infantería, monstruos imponentes o vehículos estruendosos. Su líder, el Kabezilla Morgrim, es un verdadero animal en combate cuerpo a cuerpo: su Garra Trinkabeztiaz atraviesa con facilidad cualquier armadura y su mera presencia inspira a los Orkos cercanos a luchar con más ansia que nunca.
Pero los auténticos pesos pesados son los Jinetez de garrapatocino, cuyas irascibles monturas rojas son capaces de arrasar escuadras enteras en un abrir y cerrar de ojos. También lanzan andanadas de arponez de punta explosiva, y la velocidad de sus monturas los hace perfectos para dar caza al enemigo en campo abierto.
Todo lo que necesitas para desplegar a tus Karnizeroz de Morgrim son unos dados, una regla y las siguientes reglas descargables: las reglas básicas te muestran cómo jugar, las hojas de datos de Patrulla proporcionan un ejército equilibrado listo para jugar y las misiones de Patrulla te brindan algunos objetivos emocionantes por los que luchar.
Pintura
A nadie debería sorprenderle el poco aprecio que sienten los Orkos por los uniformes, pues suelen lucir combinaciones variopintas de harapos y armaduras improvisadas. Como aspirante a Kaudillo, esto te ofrece gran libertad a la hora de elegir esquemas de color, pero hay algunas constantes que te ayudarán a exprimir el potencial de tu peña, como una buena provisión de pintura verde para la piel y tonos metálicos oscuros para sus toscas armas.
Además, muchos Orkos se embadurnan en coloridas pinturas de guerra: los Trinkabeztiaz incluidos en la caja de Patrulla, sin ir más lejos, muestran predilección por los rojos y los blancos. El equipo de pintura de Warhammer 40,000 ha elaborado una lista de pinturas que te servirán de punto de partida para darle a tu marea verde un aspecto increíble de forma rápida y sencilla.
Por su naturaleza anárquica, los ejércitos de Orkos son ideales para experimentar con nuevas técnicas y pinturas, ya que los esquemas de color abigarrados son justo lo que cabría esperar de ellos. Muchos colores poseen un significado concreto en la sociedad orka; por ejemplo, el rojo aporta velocidad y el azul da suerte, así que pueden servirte para dar coherencia a una fuerza que, más allá de la innegociable piel verde, podría parecer caótica.
Para aquellos que quieran tener sus miniaturas sobre el tablero lo antes posible, el equipo de pintura también ha elaborado una rápida guía práctica utilizando un mínimo de pinturas y técnicas simples que dejarán a tus Chikoz listos para la batalla.
Próximos pasos
Una vez que tengas algunas partidas de Patrulla en tu haber y consideres que ha llegado el momento de pasar de una horda de guerra incipiente a un ¡Waaagh! en toda regla, no hace falta que te digamos qué viene ahora.
Tu primera parada es el Codex: Orks, el complemento esencial de la facción, que contiene abundante información de trasfondo y miniaturas magníficamente pintadas, así como reglas para 50 unidades diferentes y muchas formas distintas de jugar con ellas. Junto con un ejemplar del Libro básico de Warhammer 40,000, tendrás todas las reglas que necesitas para empezar a jugar partidas de Warhammer 40,000 a tamaño completo.
La Patrulla: Orkos es una gran forma de empezar un nuevo ejército con un montón de miniaturas útiles, pues la espina dorsal de todo ¡Waaagh! son las legiones infinitas de Chikoz Orkoz y nunca es mala opción incluir más guerreros brutos en tus listas. De hecho, el Codex: Orks incluye algunas reglas de ejército que te animan a desplegar tantos como puedas, y hasta los Chicoz de más baja calaña son masas de músculo difíciles de frenar incluso para los Marines Espaciales.
Los Dreznautz son enormes bípodes de combate pilotados por Orkos dementes conectados directamente a sus cabinas, pero que su aspecto destartalado no te lleve a engaño: sus garras y sierras pueden partir en dos cualquier tanque enemigo. Los Noblez son guerreros de élite orkos enfundados en pesadas megaarmaduras que les permiten plantar cara a las tropas de élite enemigas y salir victoriosos.
Las Plataforkmaz son otro invento de los Trinkabeztiaz: enormes vehículos de ruedas arrastrados por un descomunal garrapatariete, dotados de armamento rudimentario y capitaneados por un poderoso psíquico orko conocido como Beztiambótiko. Son la máxima expresión del ingenio orko, y sirven como potentes arietes que te permiten embestir las líneas enemigas y desembarcar unidades de Chicoz para rematar la faena.
De hecho, los Orkos rara vez dejan pasar la oportunidad de colmar sus vehículos de guerreros con la esperanza de trabarlos en combate lo antes posible. A tal fin, los Noblez más fuertes y respetados a menudo se lanzan a la refriega a bordo de Karroz de Guerra blindados altamente personalizables. Incluso el temible Gorkanauta dispone de una bodega de carga para transportar Chicoz, y su impresionante potencia de fuego no tiene nada que envidiarle a su colosal garra aplastadora.
Ficción
Si bien las dotes narrativas orkas no están al nivel de su destreza de combate, hay leyendas de personajes verdaderamente excepcionales que sobreviven en forma de relatos de hoguera contados de viva voz. Ghazghkull Thraka: Prophet of the Waaagh! de Nate Crowley cuenta la historia del Zeñor Azoluto de la Guerra del mismo nombre, desde sus inicios como un simple Noble hasta su consagración como el campeón orko más infame y excepcional en milenios, narrada desde el prisma de Makari, su querido portaestandarte grot.
Sé testigo directo de la invasión de un mundo forja del Adeptus Mechanicus por parte de una enorme armada orka en Brutal Kunnin’ de Mike Brooks. Sigue los pasos del inexperto Kaudillo Ufthak Halcón Negro ―dotado de un nuevo y poderoso cuerpo tras someterse a una chapucera cirugía sobre el terreno para salvar su mano amputada― y sus Chicoz, enfrascados en una frenética carrera de saqueo contra el infame Kapitán Badrukk y sus korzarioz.
La leyenda del Halcón Negro continúa en Da Big Dakka. En esta ocasión, el jefe de Ufthak, Da Meklord, lo convoca a una “reunión extraordinaria” con un único desenlace posible: partirle los piños. Desesperado, huye con su peña a través de un red de túneles transdimensionales conocidos como la Telaraña, y acaba en el que posiblemente sea el lugar más peligroso de la galaxia: Commorragh, la siniestra ciudad del dolor y la oscuridad.
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* Los signos de exclamación son esenciales: ¡Waaagh!