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Cómo crear un ejército de los Hijos del Emperador en Warhammer 40,000: todo lo que necesitas saber, de la pintura al trasfondo

Hace diez mil años, las legiones de Marines Espaciales, lideradas por los hijos creados a partir de la semilla genética del Emperador, se abrieron paso a través de la galaxia para reclamar los reinos perdidos de la humanidad. Fulgrim, conocido por aquel entonces como el Fenicio, era el más orgulloso de los Primarcas, y cuando la sutil corrupción de la disformidad sedujo a la mitad de los mejores guerreros del Imperium, su legión abrazó alegremente las prácticas hedonistas de Slaanesh y juró lealtad al dios oscuro.

Hablamos, cómo no, de los Hijos del Emperador, guerreros transhumanos consagrados a la búsqueda del exceso en todas sus formas. Algunos aspiran a alcanzar la maestría en el campo de batalla, mientras que otros se centran en concebir nuevos modos de suscitar las sensaciones más extremas, tanto en sí mismos como en sus presas, con una malicia que solo exhiben los siervos más devotos de los Poderes Oscuros. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber si estás pensando en empezar un ejército de estos sibaritas sobrehumanos.

En detalle

Buena parte de la historia de los Hijos del Emperador es similar a la de los demás Marines Espaciales del Caos, y puedes descubrir todos sus entresijos en nuestra otra guía. Cuando los Marines Espaciales herejes traicionaron a sus maestros y desencadenaron la Herejía de Horus, los Hijos del Emperador fueron de los primeros en abrazar los regalos del Caos, pues cada gramo de fuerza y velocidad que estos les brindaban los acercaba un poco más a su ideal del guerrero perfecto.

Los sentidos agudizados que permitían a los hijos de Fulgrim deleitarse con su exceso no tardaron en atenuarse a causa de la sobrexposición. Su necesidad de experimentar sensaciones emocionales y físicas cada vez mayores creció a un ritmo vertiginoso, y aquella búsqueda constante de adrenalina extrema pronto consumió a la otrora gloriosa legión.

Las mutaciones se extendieron como la peste a medida que los Marines Espaciales se sometían a horripilantes procesos de aumento para estimular aún más sus sentidos: reemplazaron sus bocas por perturbadores generadores sónicos, y sus brazos, manos y demás miembros por armas deformes. Sin embargo, para los Hijos del Emperador, aquello no era más que un pequeño precio a pagar por experimentar las sensaciones que tanto anhelaban.

Entretanto, su Primarca Fulgrim alcanzó la daemonicidad en una nueva forma serpentina. Ahora, su afán depredador lo lleva a acechar en los campos de batalla, con sus cuatro brazos con armas en ristre, a la caza de los héroes más poderosos a los que desafiar (a menudo a varios a la vez). No obstante, desde el ocaso de la Herejía acostumbra a permanecer en la disformidad en busca de la perfección y el exceso, y rara vez hace acto de presencia en la escena galáctica.

Pero todo eso ha cambiado: los Hijos del Emperador han irrumpido una vez más en el espacio real como un tsunami imparable de violencia perfecta, resueltos a asestar el golpe de gracia al debilitado Imperium. Sus bandas tienen confianza ciega en sus propias habilidades, aunque no tienen problema en recibir algo de ayuda del más allá cuando las cosas se ponen difíciles.

Los Hijos del Emperador a menudo invocan a los daemons del Slaanesh en combate para que se recreen provocando auténticas carnicerías y aterrorizando con su espeluznante aspecto a cualquiera que ose posar su mirada sobre ellos. Las Diablillas y los Guardianes de los Secretos se adelantan al grueso del ejército para eviscerar al enemigo con sus garras y pinzas de cangrejo mientras las ágiles Buscadoras y los horripilantes Diablos les brindan apoyo.

En el campo de batalla, los Hijos del Emperador aspiran a abalanzarse sobre el enemigo y exhibir su maestría en cuerpo a cuerpo con fuerzas en las que predominan la infantería de asalto y el fuego de apoyo de calidad. Su infantería básica supera en combate a la de los Marines Espaciales normales, los Filos Impecables se encargan de las tropas de élite del enemigo y los Exterminadores ejercen de yunque sobre el que percutir al rival.

Son pocas las facciones que pueden presumir de contar con un Primarca tan enardecido, y Fulgrim no te va a defraudar. Su descomunal poder en cuerpo a cuerpo y su temible presencia lo convierten en la pieza central perfecta (tan hermosa como letal) para tu colección, y sus habilidades especiales te brindan la flexibilidad necesaria para adaptar tus planes de batalla sobre el terreno.

La combinación de Astartes Herejes de élite y daemons veloces como el rayo, aunque frágiles, hace de los Hijos del Emperador una facción gratificante de dominar, pues bajo su estridente apariencia esconden contundencia a raudales. Y, en todo caso, desplegar un Primarca sobre el tablero es algo que pocos tienen la oportunidad de experimentar, y es motivo más que suficiente para darte el lujo de jugar con ellos.

Patrulla

Patrulla es un modo de juego perfecto tanto para principiantes como para veteranos, en el que fuerzas reducidas se enfrentan en partidas vertiginosas y superequilibradas. Los Hijos del Emperador despliegan una contundente fuerza de infantería especializada en cargar a toda velocidad contra el enemigo y sacar a relucir las excelsas dotes de combate que con tanto afán han perfeccionado.

Los Filos Despiadados están liderados por Lord Kaphrael, un poderoso Lord Exultante capaz de descuartizar a casi cualquier adversario en cuerpo a cuerpo. Lo acompaña una escuadra de diez Infractores, tropas de primera línea equipadas con servoarmadura y sables de duelista, y su especialidad es dar caza a los líderes enemigos y hacerlos trizas en combate singular.

Este sensacional núcleo de infantería está flanqueado por dos unidades de tres Filos Impecables, la flor y nata de las masacres en cuerpo a cuerpo. Su excelso dominio de las espadas de dicha los convierte en la réplica perfecta para las unidades de élite de tu oponente, y en caso de que necesiten un empuje extra para derrotarlas, siempre pueden rogarles a sus patrones daemónicos, que observan desde la galería, que les presten un ápice de su poder disforme.

Todo lo que necesitas para desplegar tus Filos Despiadados son unos dados, una regla y las siguientes reglas descargables: las reglas básicas te muestran cómo jugar, las hojas de datos de Patrulla proporcionan un ejército equilibrado listo para jugar y las misiones de Patrulla te brindan algunos objetivos emocionantes por los que luchar.

Pintura

Si bien los Hijos del Emperador suelen pintarse de rosa y morado, dado que son maestros de la expresión estética hedonista, puedes aplicarles cualquier esquema de colores que se te ocurra; ¡cuanto más colorido y llamativo, mejor! Acostumbran a lucir colores que desentonan, patrones mareantes y extraños estampados animales, por lo que sus servoarmaduras son el lienzo ideal sobre el que plasmar tus creaciones artísticas más descabelladas.

Cada soldado presenta una amplia variedad de texturas y materiales, desde placas de armadura lisas y cuero elástico hasta piel y crestas que reverberan al ritmo de las ondas sónicas. Pocas gamas de miniaturas ofrecen un espectro de opciones de pintura tan completo como los Hijos del Emperador, lo que los convierte en uno de los proyectos de hobby más gratificantes que hay, incluso para principiantes.

Para ayudarte a dejar tus miniaturas listas para la batalla con un esquema de color sencillo, asequible y aplicable a todas sus unidades, el equipo de pintura de Warhammer 40,000 ha elaborado una lista de pinturas para que les infundas esa estética clásica del 41.ᵉʳ Milenio que lucen en las cajas.

Sin embargo, esto no es más que un punto de partida: siempre puedes echar mano de tu gama completa de pinturas para añadirles detalles maravillosamente delirantes y muy acordes a los hijos de Fulgrim. Pinta primero y piensa después; ¡es justo lo que harían los Hijos del Emperador!

Próximos pasos

Una vez que tengas algunas partidas de Patrulla en tu haber y consideres que ha llegado el momento de pasar de una simple banda de incursores a una hueste de hedonitas con la que conquistar la galaxia, no hace falta que te digamos qué viene ahora. 

Tu primera parada es el Codex: Emperor’s Children, el complemento esencial de la facción, que contiene abundante información de trasfondo y miniaturas magníficamente pintadas, así como reglas para 22 unidades diferentes y muchas formas distintas de jugar con ellas. Junto con un ejemplar del Libro básico de Warhammer 40,000, tendrás todas las reglas que necesitas para empezar a jugar partidas de Warhammer 40,000 a tamaño completo.

La Patrulla te brinda un núcleo versátil sobre el que construir tu ejército, y el siguiente paso sería respaldar tu carga con fuego de apoyo de largo alcance. Los Marines Ruidosos quizá sean la unidad más ilustre de los Hijos del Emperador: están equipados con poderosas armas sónicas que rompen huesos y desgarran órganos desde el otro extremo del campo de batalla, y sus armonías son todavía más letales cuando las dirige un Señor Kakofonista.

Mientras los Infractores se lanzan a la carga, las escuadras de Torturadores enfilan sus bólteres y acribillan al enemigo en una lucha de egos por ver quién se cobra un mayor número de vidas. La misma caja te permite montar cualquiera de las dos unidades e incluye un montón de armas y accesorios adicionales.

Ahora bien, ¿hasta qué punto se considera una banda de los Hijos del Emperador como Slaanesh manda si no tiene al mismísimo Primarca Daemon como director de orquesta? La miniatura de Fulgrim es una auténtica obra de arte y la piedra angular de la facción: sus sublimes dotes de combate le permiten hacer frente a los monstruos más poderosos del juego*, y su enorme durabilidad solo es comparable a la de sus homólogos Primarcas.

El perfeccionismo inherente a todos y cada uno de los miembros de la legión se traduce en excelsos comandantes (una vez separado el grano de la paja), y Lucius se lleva la palma. Pocos duelistas son capaces de frenar sus implacables matanzas, y más con la horda de daemons prestos a marchar a la batalla codo a codo con tus Marines Espaciales herejes, entre los que destacan el legendario Guardián de los Secretos y Shalaxi Helbane.

Ficción

Los complejos y extravagantes personajes nacidos de una facción tan ambiciosa y egocéntrica son el prisma ideal para las novelas de la Black Library, y, como tal, hay una larga lista de historias cargadas de exceso y obsesiones.

Renegades: Lord of Excess, de Rich McCormick, es la introducción perfecta a las idas y venidas de los Hijos del Emperador en los tiempos que corren, pues sigue los pasos del señor de la guerra Xantine en su lucha por alcanzar la gloria en nombre del Príncipe Oscuro y mantener unida a su banda frente a las amenazas y los pulsos internos. Más de actualidad aún es Fulgrim: The Perfect Son, en la que Jude Reid explora el reciente retorno del Primarca y cómo insta a sus guerreros a asediar un mundo bastión imperial para demostrar su valía entre el clamor de la lucha de egos.

Pese a su estatus actual de proscrito, Fabius Bilis lleva más de diez milenios desempeñando su sangrienta labor, y las historias de Josh Reynolds la capturan a la perfección. Encontrarás más información acerca de este personaje en Fabius Bile: The Omnibus y otras novelas ambientadas en el Caos en nuestra guía de los Marines Espaciales del Caos.

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* Un título que, según algunos, le corresponde a él.