Expedientes de Chalnath: Filo en la oscuridad

ChalnathDispatches 2 Jul26 ArtLa comandante Solsombrío, jefa militar de la Quinta Esfera de Expansión y protectora del Atolón Nem'yar, es una isla de calma en medio de la tormenta. La frenética actividad en las cubiertas de mando del destructor Móbula Mano Unificadora se asemeja a la de un bullicioso día de mercado en Bork'an. Los mapas holográficos proyectados desde los drones estratégicos brillan en medio de la fría iluminación azul de las cubiertas. Los oficiales de las castas del Fuego y el Aire se mueven entre las esferas de batalla y los drones estratégicos, como exige el Código del Fuego. Usan guantes hápticos para interactuar con los mapas holográficos y auriculares de integración estratégica con lentes oculares semitransparentes que proyectan flujos de información táctica y de comunicaciones para aumentar sus campos de visión. Los asesores de las castas de la Tierra y el Agua se mueven entre ellos, ofreciendo su consejo en nombre del Bien Supremo. Nadie está quieto más de un segundo. 

Nadie excepto Solsombrío. 

Con la paciencia de la cazadora que encarna, Solsombrío –O’Shaserra en la lengua T’au– se sitúa en el centro, filtrando la información. Lleva sus propios guantes y auriculares; como comandante suprema de esta batalla por el mundo de Astorgius, debe estar preparada para intervenir en cualquier momento y proporcionar información en cualquiera de los mapas holográficos. Sin embargo, también es su deber navegar por las turbulentas mareas de inteligencia estratégica holística que fluyen por las cubiertas de mando y que la conectan con la guerra que se libra en el exterior por el Atolón Nem’yar. Donde sus lugartenientes ven facetas, ella debe ver el panorama completo, para luego aplicar sus afinados instintos como guerrera y comandante, y asegurarse de que evoluciona en beneficio del T’au’va. 

Una nube de microdrones orbita alrededor de Solsombrío. Es a través de estos pequeños ayudantes (así como del flujo de datos de su casco y sus observaciones de los holomapas) que O’Shaserra puede dar forma a los numerosos conflictos en los que debe centrarse. 

La carga es inmensa, pero O’Shaserra está decidida a demostrar que está a la altura. El Imperio ha invertido mucho en ella. Es su deber demostrar que merece esa inversión y la confianza que ello implica en cada momento de su existencia. El Bien Supremo no espera menos. 

El combate fluye y refluye ante los ojos de Solsombrío, representado mediante glifos brillantes y holomapas topográficos tridimensionales. Ha notado una creciente concentración de fuerzas Gue'la (o humanas) alrededor del punto de paso Estrella-Amanecer-Nueve-Plata, y transmite mediante gestos hápticos instrucciones estratégicas concisas a un microdron, que vuela a toda velocidad por la plataforma de mando para transmitirlas. Nuevos glifos aparecen en el holomapa a medida que la pantalla acepta su autoridad al mando y las IA analizan y transmiten sus órdenes. 

En los márgenes de la esfera de batalla, varios de sus ayudantes de la casta del Fuego murmuran en señal de aprobación. Más microdrones se alejan del enjambre que rodea la cabeza de Solsombrío con mensajes para los otros oficiales en los holobancos de las cubiertas de mando del Móbula. Abajo, en la superficie de Astorgius, una columna de tanques imperiales en retirada cambia de dirección hacia lo que parece un hueco en las fuerzas T'au que los rodean. Han mordido el anzuelo. La aparente ruta de escape los conducirá a una emboscada, separándolos en tres grupos y arrojándolos a la rendición o la aniquilación.

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—Shas’o, aún tenemos el problema ante nosotros. 

La voz pertenece a Aun’el Vesh. Su rostro sereno ocupa una de las ventanas de comunicación que flotan en la visión periférica de Solsombrío. Debajo de ella flotan otros: Por’o Bork’an Dyesh del grupo de resolución diplomática de la casta del Agua, Fio’el Elsy’eir Jolan de la iniciativa colectiva de ciencias marciales de la casta de la Tierra y el esbelto Kor’el Kor’tal Thiy’un, en representación del contingente naval del sector. 

Prácticamente mi propio Concilio Elemental, piensa Solsombrío, disfrutando de un atisbo de diversión autocrítica ante la escandalosa (y claramente ridícula) idea. 

—Tienes razón, honorable Aun —dice Solsombrío, formando el gesto del abanico de fuego—. Aunque muchos asuntos ocupan mi atención, el asunto de Volkus debe ocupar un lugar destacado entre ellos.

—Vohll-kuss. Qué nombre tan feo —observa Por’o Dyesh desde su ventana de comunicación, arrastrando con desdén su intencionada mala pronunciación. 

—Un nombre imperial —responde Solsombrío—. Le daremos uno nuevo cuando el mundo sea nuestro.

—Pero primero debemos pacificarla y civilizarla —comenta Fio’el Jolan—. No soy soldado, Shas’o, pero no me parece un asunto menor. 

—Tienes razón —concuerda Solsombrío, pensando que el don del Fio'el para el eufemismo sigue estando bien afilado—. El mundo de Volkus es fundamental para la defensa humana de todo el sistema Kessandras. Todos habéis estudiado los informes de inteligencia sobre su... ¿arma? 

Todos los líderes allí reunidos hacen algún sonido o gesto de confirmación. Solsombrío observa que el entusiasmo de Fio'el Jolan raya lo indecoroso. A pesar de su naturaleza tosca, los secretos tecnológicos de la superarma Gue'la deben de resultar fascinantes para la casta de la Tierra.

—La colonización convencional conlleva demasiados riesgos, pero sigue siendo factible —dice Kor’el Thiy’un, representado con pesar el gesto de los elementos dominados—. El sector Kor’tal prospera, pero sigue siendo vulnerable a los asaltantes humanos y orkos. Nuestros activos navales están totalmente desplegados patrullando el sector localizado, y todavía sufren perturbaciones de las variables astrotelemétricas, que siguen siendo altamente impredecibles. Sería extremadamente imprudente comprometer los activos Kor’vattra que tenemos frente a un poder tan destructivo. 

Solsombrío le hace un gesto apaciguador al oficial de la casta del Aire. 

—Nadie aquí espera eso de vosotros, los Kor’el. No le serviría de nada al T’au’va.

ChalnathDispatches 2 Jul26 Filler2

—Lamentablemente, tampoco estamos más cerca de una solución diplomática —sostiene Por’o Dyesh, con un tono magistralmente modulado para irradiar pesar mientras deja claro que su posición en este asunto es inamovible—. Las remotas propuestas que hemos ofrecido han sido rechazadas sumariamente con un torrente tediosamente predecible de agresión primitiva. Aunque me apenan los humanos de… —Una pausa educada, una leve mueca de disgusto en la boca—. …Volkus, que podrían demostrar más simpatía por la iluminación, la simple verdad es que sus líderes son testarudos. No enviaré emisarios a las guaridas de tales seres. No desperdiciaré vidas. 

—¿Y qué hay de los Fio? —pregunta serenamente Aun’el Vesh—. ¿Nuestras ciencias nos ofrecen una solución a este desafío?

Fio’el Jolan parece por un momento afectada cuando toda la atención del Etéreo se centra en ella, pero se recupera con admirable rapidez, acompañándose del gesto del muro medio levantado. 

—La iniciativa colectiva de las ciencias marciales ha generado varias sugerencias tecnológicas que ayudarían a las naves Kor'vattra a evadir la atención de la superarma humana dentro del espacio Volkus, al menos por un tiempo. Sin embargo, me avergüenza admitir que probablemente no sean suficientes para abordar las preocupaciones de los Kor'el. 

La mirada tranquila de Aun'el Vesh se vuelve hacia Solsombrío. 

—Y sin embargo, tengo la sensación de que estas ofertas sí serán suficientes para las necesidades de O'Shaserra, ¿no es así? 

—Lo serán, honorable Aun —responde Solsombrío, sin sorprenderse de que el Etéreo ya haya adivinado algo de sus intenciones—. Si no podemos usar la razón y mediante la fuerza bruta seríamos respondidos y superados con creces, entonces debemos emplear la astucia. Se embarcarán pequeñas fuerzas de élite en las naves Kor'vattra más ligeras y rápidas disponibles, que a su vez deberán contar con tripulaciones expertas. Su misión será repartirse por la superficie de Volkus y lanzar un ataque directo contra la superarma.

—Para sabotear su operación —apostilla en aprobación Kor’el Thiy’un. 

—¿Y tal vez para estudiar su funcionamiento? —pregunta esperanzada Fio’el Jolan. 

—Con las bendiciones del honorable Aun, la incursión buscará lograr ambos objetivos —explica Solsombrío—. En este campo de batalla, los humanos serán los cazadores pacientes y nosotros la presa atraída por su señuelo. Sin embargo, la presa que conoce el peligro puede convertirse en depredador. Caeremos en su trampa y la desarmaremos desde dentro. 

—¿A quién enviarás para esto, O’Shaserra? —pregunta Por’o Dyesh, intrigado—. El valor inspirador de tal victoria contra la superarma humana será grande. ¡Fortalecerá los lazos de unidad y determinación en todo el Atolón Nem'yar! 

—Y no solo entre nuestra propia gente —continúa Solsombrío—. La presencia de determinados aliados en esta incursión aumentará sus posibilidades de éxito. Daré instrucciones completas mediante microdrones. Baste decir por ahora que nosotros, los T'au, daremos un gran golpe a Volkus y que nuestros honorables auxiliares serán la clave de nuestro éxito.

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